¿El estrés reduce las posibilidades de quedarse embarazada?
A menudo oímos que el estrés reduce las posibilidades de quedarse embarazada. Pero, ¿qué sabemos realmente sobre el impacto del estrés en la salud en general y en la fertilidad en particular?
¿El estrés reduce las posibilidades de quedarse embarazada?
A menudo oímos que el estrés reduce las posibilidades de quedarse embarazada. Pero, ¿qué sabemos realmente sobre el impacto del estrés en la salud en general y en la fertilidad en particular?
La palabra "estrés" se utiliza comúnmente para describir un estado de tensión nerviosa aguda que es difícil de manejar para la persona bajo presión. Más concretamente, el estrés se define como una reacción del cuerpo y la mente ante una agresión física o nerviosa. Este reflejo de adaptación sigue tres fases: choque, resistencia y agotamiento. Este mecanismo fisiológico, que es "costoso para el organismo", puede provocar desequilibrios hormonales que pueden causar problemas de fertilidad. ¿El estrés reduce las posibilidades de quedarse embarazada? Hacemos balance.
Los mecanismos del estrés
Un estilo de vida agitado, una carga de trabajo excesiva, la pérdida o la enfermedad de un ser querido: muchos acontecimientos pueden ser una fuente de estrés. Aunque esta tensión nerviosa es beneficiosa en determinadas circunstancias, es negativa en la mayoría de los casos cuando se vuelve crónica. De hecho, más allá de las repercusiones mentales, el estrés, cuando se vuelve excesivo o crónico, produce efectos nocivos en el organismo. En un estado de estrés, el sistema simpático reacciona segregando adrenalina. El cerebro (eje hipotálamo, hipófisis, glándulas suprarrenales) aumenta la producción de cortisol. Además, el hipotálamo libera la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), que a su vez desencadena una reacción en la hipófisis: la producción de la hormona estimulante del folículo (FSH) y la hormona luteinizante (LH), junto con el aumento de la secreción de prolactina.
En las mujeres, la FSH es responsable del crecimiento de los folículos ováricos. La hormona luteinizante es la responsable de la ovulación. La prolactina, en niveles elevados, tiene el potencial de alterar el ciclo ovulatorio.
En los hombres, la hormona estimulante del folículo y la hormona luteinizante estimulan la producción de esperma y de testosterona. En niveles elevados, la prolactina puede provocar problemas de libido, disfunción eréctil (impotencia) o una disminución de la calidad seminal con riesgo de oligospermia (recuento insuficiente de espermatozoides).
Como se puede ver aquí, este impacto hormonal en el sistema reproductivo (tanto femenino como masculino) puede explicar por qué el estrés afecta a las posibilidades de quedarse embarazada.
El estrés: un círculo vicioso potencialmente implicado en los trastornos de la infertilidad
Más allá de las consecuencias fisiológicas, el estrés suele provocar comportamientos de "compensación" o "consuelo", que van desde comer en exceso hasta beber y fumar en exceso. Como sabemos, el sobrepeso (u obesidad), el alcoholismo y el tabaquismo son obstáculos importantes para la fertilidad.
Y lo que es peor, el hecho de encontrar dificultades para quedarse embarazada puede causar estrés en sí mismo. Se trata de un círculo vicioso mantenido por la presión benévola del entorno y la sociedad. El resultado de este patrón puede ser desde una pérdida de autoestima hasta que los pacientes se sientan culpables de su propia infertilidad porque no son capaces de superar su estrés.
Las investigaciones demuestran que el estrés puede dificultar el embarazo
Según un estudio estadounidense, el estrés podría reducir en un tercio las posibilidades de quedarse embarazada.
Publicado en la revista Human Reproduction, el estudio fue realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio. 500 mujeres de entre 18 y 40 años fueron controladas durante 12 meses mientras intentaban quedarse embarazadas. Se tomaron muestras de saliva para medir la concentración de dos marcadores de estrés: cortisol y alfa-amilasa (una proteína salival cuyas variaciones son sensibles a la exposición al estrés). El estudio descubrió que las mujeres con niveles elevados de alfa-amilasa tenían un 29% menos de probabilidades de quedarse embarazadas como consecuencia del estrés. El riesgo de ser declarados infértiles era el doble para ellos. Sin embargo, no se observó ninguna asociación entre el cortisol salival y la fertilidad.
En su conclusión, los autores del estudio sugieren que el estrés no es el único factor que puede afectar a los niveles de alfa-amilasa salival. El tabaquismo, el consumo de cafeína, la dieta desequilibrada y el deporte intensivo también pueden afectar a los niveles de alfa-amilasa.
Este último punto lleva a los investigadores a sugerir que es prudente considerar el estrés como un factor potencial de infertilidad entre las pacientes que no han logrado concebir un bebé a pesar de seis meses de relaciones sexuales regulares. También señalan que los niveles elevados de estrés no son ni el único ni el más importante factor de predicción de la capacidad de una mujer para quedarse embarazada.
Unidad de asesoramiento del IVI para combatir el estrés
Aunque no está claramente establecido que el estrés reduzca las posibilidades de quedarse embarazada, este estado de presión física y mental debe aliviarse por el bien de la paciente y del éxito de los tratamientos de reproducción asistida. Por ello, la unidad de apoyo psicológico del IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad) trabaja con sus pacientes que están inmersos en un proyecto parental. ¿El objetivo del proceso? Identificar los problemas y ansiedades de los pacientes para aliviar los síntomas de ansiedad y estrés mediante terapias cognitivo-conductuales (TCC) y técnicas de autocontrol. Entre los objetivos principales, el programa de asesoramiento busca restaurar la autoestima y mejorar la relación íntima de la pareja.
Fuente: IVI-Fertilite.fr
Otros artículos sobre el tema
El proceso de fecundación
Consejos después de la punción de ovocitos
FIV y turismo de alquiler en Ucrania