Los beneficios del deporte durante el embarazo
El deporte y el embarazo no son en absoluto incompatibles, pero hay algunas precauciones muy sencillas que debes tomar. La actividad física también se recomienda a las mujeres que se someten a un tratamiento de fertilidad.
Los beneficios del deporte durante el embarazo
El deporte y el embarazo no son en absoluto incompatibles, pero hay algunas precauciones muy sencillas que debes tomar. La actividad física también se recomienda a las mujeres que se someten a un tratamiento de fertilidad.
Sin embargo, es importante saber qué ejercicios son mejores y cuáles deben evitarse.
Deportes y procedimientos de reproducción asistida.
Ha llegado el día de la transferencia de embriones y no tienes que reducir tus actividades diarias. Sin embargo, debes intentar no hacer ningún esfuerzo que implique un impacto abdominal. Los ovarios pueden causarle molestias, el cuello del útero está ahora más vascularizado. Además, con la progesterona vaginal, puedes mancharte un poco. El pilates y el yoga, por ejemplo, no se recomiendan inmediatamente después de la transferencia de embriones, ya que pueden provocar presión intraabdominal.
Por otro lado, el deporte no está contraindicado, pero deben evitarse los deportes extremos, de alto impacto o prolongados. Puede realizar ejercicios suaves y moderados que le ayudarán a relajarse y a no pensar demasiado en el tratamiento.
Primeras semanas de embarazo y deporte
Enhorabuena por su embarazo. Se recomienda hacer ejercicio moderado durante el embarazo, a menos que el ginecólogo identifique un riesgo para la futura madre o el bebé. Mantener el cuerpo activo ayudará a la mujer a sentirse mejor físicamente: así podrá sobrellevar mejor las molestias típicas de los primeros meses de embarazo. El deporte también ayuda a:
- Duerme mejor,
- Mantener el peso correcto dentro de los márgenes indicados,
- Prepara tu tono muscular y tu cuerpo para el parto.
Sin embargo, es importante moderar la intensidad del deporte a medida que avanza el embarazo. Es importante continuar con el ejercicio al que el cuerpo ya está acostumbrado, con una determinada rutina. Si el hábito es salir a correr o a montar en bicicleta en interiores o un deporte similar de alto impacto, es mejor contar con la aprobación de su médico.
En el tercer trimestre, es aconsejable acordar con tu ginecólogo el mantenimiento o la reducción de tu rutina de ejercicios. Si realiza una actividad física, debe prestar siempre atención a su hidratación, no elegir las horas de más calor y comer bien antes y después de hacer deporte.
Recomendaciones antes de dar a luz
Hay algunas actividades que se recomiendan especialmente antes del parto porque tienen un efecto muy positivo:
- El yoga y el pilates (a menos que se trate de realizar ejercicios de presión sobre el vientre). Ambas prácticas ayudan a prevenir el dolor de espalda, a mantener una buena postura y a relajarse.
- Ejercicio en el agua. El riesgo de lesiones se reduce. Nadar unas cuantas vueltas, hacer natación sincronizada ligera o aeróbic acuático no sólo puede relajarle, sino también mantenerle en forma, aumentar el tono muscular de la espalda y ayudar a mejorar la postura.
- Caminando. Caminar es esencial desde el principio hasta el final del embarazo. Este ejercicio aeróbico de bajo impacto ayuda a prevenir problemas circulatorios. Caminar también previene la hinchazón de piernas y pies, el estreñimiento y ayuda a controlar el peso.
Efectos de la actividad en la salud del bebé
En el pasado, las mujeres embarazadas eran consideradas pacientes vulnerables a las que se les prescribía reposo en casa. Sin embargo, la investigación científica de los últimos veinte años ha demostrado que el deporte supervisado en personas no sedentarias antes del embarazo tiene muchos beneficios para la salud de la mujer embarazada y también para el feto. Tanto es así que, hoy en día, deporte y embarazo son una combinación esencial. Sin embargo, siempre debe ser evaluada y supervisada por un ginecólogo y un profesional de la medicina deportiva. El deporte durante el embarazo puede reducir ciertos riesgos como:
- Diabetes gestacional. Se calcula que alrededor del 9% de las mujeres embarazadas desarrollan diabetes gestacional. El ejercicio intenso o intensivo reduce el riesgo de desarrollar diabetes en más de un 50% en comparación con las mujeres que llevan una vida sedentaria. Así, se ha demostrado que la combinación de control de la dieta y ejercicio físico reduce la necesidad de insulina en las mujeres embarazadas que han desarrollado este tipo de diabetes.
- Preeclampsia. Las mujeres embarazadas físicamente activas tienen un 40% menos de riesgo de preeclampsia o toxemia gestacional. Esta complicación médica está asociada a la hipertensión inducida por el embarazo y a los altos niveles de proteínas en la orina. Las mujeres que hacen ejercicio aeróbico durante 30 a 60 minutos, de 2 a 7 veces por semana, tienen menos probabilidades de desarrollar trastornos hipertensivos, incluida la hipertensión gestacional. Esto reduce los partos inducidos y los nacimientos prematuros causados por esta enfermedad gestacional.
- Beneficios para el bebé. Las madres que practican deporte o una actividad física moderada tienen más probabilidades de tener un bebé con un peso normal. Por otro lado, los partos de las mujeres que hacen ejercicio son más cortos, menos problemáticos y con menos sufrimiento fetal agudo. La incidencia de los nacimientos prematuros también es menor.
Deporte y fertilidad
El ejercicio regular y moderado tiene beneficios cardiovasculares, metabólicos, endocrinos y neurológicos. Un índice de masa corporal (IMC) saludable aumenta las posibilidades de quedarse embarazada, mientras que el sobrepeso está relacionado con problemas de infertilidad tanto en mujeres como en hombres. El deporte también reduce el estrés, mejora la calidad del sueño y el estado de ánimo. Todo ello se traduce en una mejora de la forma física. Esto, a su vez, favorece el buen funcionamiento de nuestro organismo y mejora nuestro bienestar personal, lo que es muy positivo para la fertilidad.
Sin embargo, esto no significa que una persona que hace ejercicio regularmente sea mucho más fértil que otra. La clave de la fertilidad es la edad y un sistema reproductivo sano. A menos que esté contraindicado, hacer ejercicio es siempre mejor que no hacerlo. Si goza de buena salud, lleva una dieta equilibrada y tiene el peso adecuado, entre 30 y 45 minutos de ejercicio, cuatro o cinco veces por semana, serán suficientes. La natación o algunas actividades aeróbicas como caminar o bailar y la gimnasia moderada son buenas opciones.
Por otro lado, el exceso de deporte y las largas sesiones de ejercicio intenso pueden afectar a la capacidad reproductiva. Esto provoca desequilibrios hormonales que perjudican la ovulación en las mujeres y afectan a la cantidad y movilidad de los espermatozoides en los hombres. En las mujeres, el deporte intenso puede retrasar la aparición de la menstruación o provocar irregularidades menstruales. Por último, en lo que respecta a la fertilidad masculina, el entrenamiento y la competición en deportes de alto nivel producen radicales libres que deterioran la calidad seminal a largo plazo. Sin embargo, es cierto que la exposición a estos eventos debe ser sostenida en el tiempo para que se produzca este efecto.
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